A Cantina

En torno al siglo II llegaron a estas tierras los romanos en busca de oro y descubrieron un lugar con un encanto especial: Las Tierras de Doade y Amandi. Diecinueve siglos más tarde, aunque quedan pepitas de oro a lo largo del aurífero Sil, ya no se viene a la Ribeira Sacra buscando este precioso metal (aunque haber hailo) sino que el «lait motiv» del viaje es la búsqueda de la belleza natural, gastronomía y huída hacia el encuentro con la madre tierra.

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